Ferdinand de Saussure (1857-1913) tenía como objetivo estudiar "la legua considera en sí misma y para sí misma", retomando de esta forma el proyecto estoico sobre la base de la materialidad del lenguaje mismo. Naturalmente, ubica a la lingüística como una parte de la semiología, "ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social" que nos enseñaría "en qué consisten los signos y qué leyes los rigen". Su semiología tiene a priori una parte vinculada a las ciencias sociales; en su concepción, la dimensión social se representa mediante una "fuerza social que actúa sobre la lengua" a punto tal que formaría "una parte de la psicología social y, consecuentemente, de la psicología general". Su punto de vista da cuenta del enfoque comparativo: "si se quiere descubrir la verdadera naturaleza de la lengua, es necesario, en principio, tomarla en lo que tiene de común con todos los otros sistemas del mismo orden" y su valoración del lenguaje, "el más extendido y el más complejo de los sistemas de expresión" abrió la puerta a una especie de imperialismo de la lingüística sobre la semiología, porque la lingüística podría, según él, convertirse en "el patrón general de toda semiología, aunque la lengua sólo sea un sistema particular".
Charles Sanders Peirce (1839-1914), "el más original y más ecléctico pensador que el continente americano haya producido" se interesó, entre otras cosas, en la semiótica a la que consideraba ante todo como una lógica, es decir "la ciencia formal de las condiciones de la verdad de las representaciones", lo que no deja de evocar el proyecto estoico. Sin embargo, su propósito apunta a aprehender la totalidad de los procesos comprometidos en el establecimiento de las significaciones: razón por la que, en su obra, podrá encontrarse una fenomenología (que él llama faneroscopía), puesto que es indispensable tener a disposición una teoría de la simple presentación de las cosas en la mente antes que cualquier teoría que concierna a sus representaciones. Se encontrará también en su obra una concepción triádica y dinámica del signo (semiosis) esencialmente relacional ya que, para él, la significación da cuenta de la forma de las relaciones transmitidas por los signos y de su combinatoria, más que de sus propiedades materiales.
Louis Hjelmselev (1899-1963) es un lingüista danés cuya obra es un eslabón indispensable para comprender la evolución de la lingüística moderna surgida de las intuiciones de F. de Saussure. Su contribución a una teoría de los signos (en una perspectiva todavía diádica) se mide en dos niveles: por un lado, no limita a signos mínimos o "palabras" la dimensión de las unidades mínimas significantes, tomando en cuenta signos-enunciado y signos-discurso; por otro, introduce la diferencia entre forma y substancia en las dos faces significante-significado del signo saussureano, abriendo la puerta a una complejización de la teoría saussureana que incrementa su valor del conocimiento.
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