Recorrido rápido . Recorrido aconsejado.
La noción de triáda es absolutamente central en la semiótica
peirceana; alrededor de ella se anudan, a la vez, las dificultades y el
interés de esta semiótica. Como toda noción sólo puede comunicarse a
través de ejemplos. También puede expresarse en términos de matemáticas
(ver Marty, 1990).
Primer ejemplo (Peirce): Consideremos la
relación de "dar". Pedro da una casa a Pablo. Es una relación que no
necesita ninguna transferencia física, sólo una transferencia del
derecho de propiedad que está garantizado por la ley, es decir por una
convención social establecida por una comunidad humana. La casa une a
Pedro y a Pablo por medio de esa transferencia: era de Pedro, es de
Pablo; Pedro y Pablo se unen a través de la propiedad de la casa.
Segundo ejemplo: Consideremos los tres colores amarillo, naranja y
rojo.
Si pensamos sucesivamente en cada uno de ellos, tendremos cada vez
en nuestra mente una relación monádica (la identidad tautológica de cada
color consigo mismo, como "negro es negro"). Si pensamos que hay
amarillo en el naranja, o rojo en el naranja o que amarillo y rojo no se
parecen bajo ningún aspecto, tendremos entonces, en cada uno de esos
tres casos, una relación diádica en la mente. Por el contrario, si
pensamos que el naranja se obtiene por la unión (mezcla física o
superposición) del amarillo y del rojo, entonces tendremos en la mente
una relación auténticamente triádica, los tres colores se unen en uno de
ellos, el color naranja.
Tercer ejemplo: Una persona pasa delante
de un kiosco de diarios y ve una fotografía de la torre Eiffel en la
tapa de una revista; esta percepción produce la presencia en su mente de
la ciudad de París. La determinación de su mente en ese instante preciso
es algo que une a la torre Eiffel y la ciudad de París. Es más, puede
decirse que torre Eiffel, ciudad de París y determinación de su mente
hacen tres en uno. Esto es verdad para todo signo efectivamente
experimentando por cualquier sujeto pensante. Apuntemos finalmente que
la representación diagramática de una triáda es la siguiente:
(los circulitos son indicadores-de-lugar)
La representación por
medio de un triángulo propuesta por algunos autores es falsa y
corresponde a lo que Peirce llama una triáda "diádicamente degenerada"
ya que se forma mediante tres diádas. Señalemos al respecto el
triángulo semiótico propuesto por Ogden y Richards
al que
se aplican las mismas observaciones, sin contar las críticas vinculadas
al estatus incierto del referente.
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