CARTA
DEL EMPERADOR CARLOS V A ERASMO (1527)
Honrado, devoto e amado nuestro:
En dos maneras nos habemos holgado con tu carta: la uno por ser tuya,
e lo otro porque entendimos por ella comenzar ya a desfacerse la secta
luterana. Lo primero debes tú al singular amor que te tenemos.
E lo otro te debemos a ti, no solamente nos, mas aun toda la república
cristiana; pues por ti solo ha alcanzado lo que por emperadores, pontífices,
príncipes, universidades, y por tantos e tan señalados
varones fasta agora no había podido alcanzar; por lo cual conocemos
que ni entre los hombres in-mortal fama, ni entre los sanctos perpetua
gloria te puede faltar, e por esta tu felicidad entrañablemente
contigo nos holgamos. Resta que, pues con tanta fe-licidad has tomado
esta empresa, procures con todas tus fuerzas de llegarla fasta el cabo,
pues por nuestra parte nunca habemos de faltar a tu sanctísimo
esfuerzo con todo nuestro favor e ayuda.
Lo que escribes de lo que acá se ha tractado sobre tus obras,
leímos de mala gana; porque parece que en alguna manera te desconfías
del amor e voluntad que te tenemos, como si en nuestra presencia se
hobiese de determinar cosa ninguna contra Erasmo, de cuya cristiana
intención estamos muy ciertos. De lo que consentimos buscar en
tus libros, ningún peligro hay, sino que si en ellos se hallare
algún humano descuido, tú mismo, amigablemente amonestado,
lo emiendes o la declares, de manera que no dejes causa de escándalo
a los simples e con esto fagas tus obras inmortales e cierres la boca
a tus murmuradores; pero si no se hallare cosa que de razón merezca
ser caluniada, ¿no ves cuánta gloria tú e tu dotrina
habréis alcanzado? Queremos, pues, que tengas buen corazón
e te persuadas que de tu honra e fama jamás dejaremos de tener
muy entera cuenta.
Por el bien de la república haber yo hecho, todo lo que en nuestra
mano ha seído, no hay por qué ninguno lo deba dubdar.
Lo que al presente hacemos y de aquí adelante pensamos hacer,
más queremos que la obra la declare. Una cosa te pedimos: que
en tus oraciones no dejes de encomendar nuestras obras a Jesucristo
todopoderoso.
Fecha en Burgos, a catorce de deciembre en el año del Señor
de mil y quinientos y veinte y siete. Y de nuestro imperio, nono.
CARLOS
Por orden de la Majestad Cesárea,
ALFONSO DE V ALDÉS
in Marcel Bataillon, Erasmo y España, FCE, México-Madrid,
1995 [1950], p. 277-278.