¿ A QUE MOMENTO SE REMONTAN LOS PRIMEROS INTERROGANTES
DEL HOMBRE ACERCA DEL USO DE LOS SIGNOS?
Todos los grandes filósofos de la antigüedad se
preocuparon en mayor o menor medida por el lenguaje y los signos.
En especial, de los estoicos (IIIs a-J.C.) se preguntaron acerca
de las relaciones que podían establecerse entre la configuración
de los términos de los silogismos y la configuración
de las cosas del mundo que los términos designan, así
como sobre la transferencia de los valores de verdad de una a
otra. Este punto de vista inicial nunca dejó de ampliarse
y diversificarse.
Recorrido aconsejado..
Para saber más :
Los hombres primitivos podían contentarse con un uso
de los signos aparentemente instrumental, en cuanto ligado directamente
con sus problemas de subsistencia (comunicar la ubicación
de la caza, situarse en su medio ambiente,...), lo que no implicaba
ninguna problemática particular que resolver. Sin embargo,
la organización cada vez más compleja de las sociedades
condujo a un uso de los signos que debía reproducir de
manera equivalente la situación del mundo material, cuya
transformación (con el simple objetivo de mantener la integridad
y la identidad de grupos humanos) necesitaba de un conocimiento
a priori que permitiese una cierta previsibilidad de la evolución
de ese mundo. El problema de la validez de esta especie de fenomenología
del reemplazo llevó, probablemente, a consecuencia de inadecuaciones
flagrantes de las representaciones adoptadas (reveladas por su
uso), a los interrogantes como aquellos que ocuparon a los estoicos.
Sin embargo, en la medida en que todo lo que acontece en el mundo
material es la obra de Dioses o de un Dios omnipresentes, el signo
se transforma rápidamente, en la teoría medieval,
en un medio de acceso a la trascendencia divina, la que finalmente
se inscribe en las formas que toma el signo y en sus combinatorias.
De este modo, la gramática puede llegar a ser "el
último eslabón de la cadena semiótica en
cuyo orígen se encuentra Dios, supremo detentador del sentido".
Con la Mathésis Universalis de Leibniz la red se amplía,
mediante una extensión considerable de las funciones matemáticas,
a nuevos campos significantes en el que las funciones constituyen
lo arquitectónico. Sin embargo la multiplicación
de las redes produce una especie de explosión ligada a
las polisemias que aparecen en tales oportunidades, de modo que
el regreso al estudio de la especificidad del lenguaje humano
se impone a partir de la constatación de su carácter
proteiforme: todos los sistemas significantes pueden traducirse
en el lenguaje humano y no a la inversa. Locke y después
de él los semióticos del siglo XVIII, entre ellos
Condillac, se esforzarán por fundamentar la semiótica
sobre la gramática, actitud en la que puede observarse
las premisas de la semiolingüística moderna.
Indice
de la zona azul.
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