Tomemos, otra vez de Peirce, el siguiente ejemplo:
Premisas: - Estos porotos provienen de esta bolsa
- Estos porotos son blancos
Conclusión: - Todos los porotos de
esta bolsa son blancos.
Las premisas garantizan que una parte de la bolsa está
representada por un símbolo dicente bajo la relación de color de sus
constituyentes lo que queda implícitamente afirmado en la conclusión,
que enuncia lo mismo para todo. En este sentido se dice que la
conclusión está representada en las premisas. La plausibilidad consiste
en admitir que todo puñado que pudiera sacarse de esa bolsa hasta agotar
los porotos sólo contendría porotos blancos. El argumento por inducción
es, en consecuencia, una predicción general según la cual un símbolo
dicente continuará representando un hecho si las circunstancias de su
producción son idénticas (lo que en materia científica se enuncia
mediante la expresión: "mientras lo restante se mantenga igual").
Queda claro que la puesta en marcha de este tipo de argumento no
da ninguna seguridad en cuanto a lo que se producirá realmente en el
futuro y que la persona o la comunidad que lo utiliza sólo lo conserva
(es decir, acepta su objeto) en la medida en que ningún hecho lo
desdiga. Queda claro también que esta aceptabilidad se vincula con la
naturaleza de los objetos representados en las premisas (tamaño y modo
de constitución de las muestras, características de la población
estudiada, etc...).
El lector encontrará en el libro de J. Chenu (1984) una discusión
profunda sobre la inducción, los diferentes tipos de inducción así como
sobre la abducción y la deducción.
Indice de la zona roja. Recorrido aconsejado.