¿QUE ES UN PERSONAJE DE TEATRO?

La concepción del personaje y su redefinición dieron lugar a un trabajo científico en el género particular que es el teatro: el comediante, "otra presencia humana" viene a agregarse a la complejidad del problema.

Recorrido aconsejado.



 
 

PARA SABER MAS...
 
 

1. El problema teatral y el personaje-escénico.

El texto no es más que una dimensión del fenómeno teatral.

Al trabajo del escritor se agrega el de los ejecutores del teatro como lo son el escenógrafo y el comediante. En cuanto al espectador, como el lector, asume el trabajo de interpretación de la representación sintetizando signos de naturaleza diversa (sincretismo).

Pareciera que paralelamente a la evolución de la noción de personaje, la concepción del comediante también evolucionó (bajo la influencia de personalidades como Jean Vilar y Antoine Vitez por ejemplo y en el contexto de los cambios sociales). Soporte del personaje al que presta su físico, estaba obligado a respetar "el carácter" de una época en que la dimensión individual del personaje predomina. Las tendencias nuevas hacen que el comediante ya no está obligado a borrar su propia personalidad; puede interpretar más libremente el papel en el marco de una puesta en escena que se torna el objeto de una importante actividad de investigación y de creación.

De este modo el cuestionamiento del personaje tradicional en el teatro es, sin duda, más importante que en la novela, al mismo tiempo que disminuye la importancia del elemento textual con relación a la que toma la puesta en escena en ciertos casos. Citemos tres ejemplos: los actores italianos en la época de Marivaux pudieron, gracias a su físico, su dicción, su actuación permitir una renovación del teatro (pudo hablarse de la actuación "alegórica" de los actores italianos, lo que subraya el carácter típicamente semiótico del cambio).

- Jouvet renovó Tartuffe con una concepción del personaje totalmente opuesta a la de Molière. Eligiendo representarlo bajo un aspecto ascético, impone una interpretación del personaje (que Molière describe como "gordo y jovial") quizás más conforme con nuestra época.

- Los Tréteaux du Midi al poner en escena Les Fourberies de Scapin hicieron del célebre valet un excelente nadador, implicando una transposición completa de toda la pieza que transcurre en una playa de la Belle Epoque. El carácter preponderante del personaje, conductor de la actuación, pone en evidencia el poder del valet, cuyo papel codificado de valet de comedia podría borrarse en la pieza tradicional. En cierta medida se "recodifica" mediante una nueva puesta en escena (ver pregunta 89).

2. El personaje textual.

Remitimos la semiotización del personaje en general .

- Es un actante: toma su lugar con un papel en el esquema actancial: un papel actancial . Es sujeto, objeto, D1, D2.

- Es actor: toma a su cargo un papel temático: el padre, el valet, el hijo... Se lo ve en sus relaciones con los otros personajes o con las cosas, es su lugar en la sociedad.

- Está a cargo de un papel codificado en ciertos casos: hay que determinarlo en relación con el código teatral (teatro contemporáneo o teatro anterior: comedias y tragedias antiguas, Comedia dell'Arte, melodrama, drama...). Por ejemplo, el personaje de Harpagon asume los siguientes papeles:
 

papel actancial sujeto que desea dos objetos : |el dinero , Marianne.
papel actoral actor: el viejo enamorado de una joven
actor: el viejo corroído por su pasión por el| dinero.
actor: el padre de un hijo y de una hija 
papeles codificados el padre de comedia
el vejete (todos los rasgos que hacen de él un viejo y esto depende { mucho de la puesta en escena y del comediante)
el galán joven ( en su cortejo a Marianne)

Es interesante estudiar las relaciones entre el actor y el papel codificado. En el caso de Harpagon, estos acercamientos muestran el lado grotesco del personaje: el vejete versus el galán joven sumándose en el papel del vejete enamorado.

3. Puede concluirse en una evidente y necesaria diálectica entre el personaje textual y el personaje escénico. Los ejecutores del teatro y sus creaciones a menudo audaces, acertadas o menos logradas constituyen la prueba. Pueden enloquecer o decepcionar al público según el tratamiento reservado a los personajes textuales y siempre es interesante comparar el personaje creado con "el horizonte" de expectativa del espectador.
 
 

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