¿LA SEMIOTICA PUEDE TENER APLICACIONES PEDAGOGICAS?

La transmisión de los conocimientos se hace casi exclusivamente mediante signos, sobre todo lingüísticos; la adquisición del saber-hacer se produce lo más a menudo mediante la manipulación de los signos. El dominio del acto pedagógico se confunde ampliamente con la producción racional y controlada de signos y con un buen conocimiento de los procesos de su interpretación.

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Es evidente que en pedagogía hay semiótica, como en la expresión verbal hay prosa: todo el mundo lo hace. Los únicos interrogantes que podrían plantearse son los siguientes:

- el análisis de la pedagogía como fenómeno semiótico ¿traerá un crecimiento en su manejo y una mayor eficacia pedagógica

- ¿es necesario iniciar o, al menos sensibilizar a los alumnos con estos fenómenos que, habitualmente, son transparentes para ellos?

- ¿es necesario tratar semióticamente los contenidos con la ayuda de los conceptos tomados de la semiótica, (por ejemplo, el esquema actancial)?

La semiótica interesa tanto a la pedagogía general, como a la didáctica de las disciplinas. Permitirá reconsiderar el desglose de los contenidos (según su modo de ser: cualidades, hechos o conceptos), su modo de presentación (el recurso más o menos sistemático y programado a los signos icónicos, como los diagramas o indiciales, como las fotografías); su modo de control (presentación de las consignas, prácticas de la corrección,...). La semiótica peirceana llama la atención fundamentalmente, gracias al concepto central del interpretante, sobre la necesidad de modelar los procesos individuales de construcción de las significaciones, organizando la experiencia de los alumnos para formarlos en el sentido deseado(ver la noción de interpretante).

En lo concerniente a la utilización directa de los conceptos y de las metodologías semióticas que han probado su carácter operativo, como el esquema actancial en narratología, no puede sino ser motivo de congratulación, sobre todo dado que esas prácticas vienen en reemplazo de un discurso psicologizante. La opinión autorizada, el culto del ejemplo-tipo, ostentación de "lo que era necesario hacer o pensar" sólo tienen valor para aquellos que pueden alcanzarlos; ahora bien, ¡los procesos que conducen a ellos son precisamente los que conviene modelar!.

ambién hay que temer al efecto de la moda, lo que llevó a A. Hénault (1983) a escribir que "los caminos de la narratología están tan obstruídos como las rutas de vacaciones y, por la misma razón, atraen a muchos domingueros". Como toda novedad, la práctica semiótica implica prudencia y discernimiento.

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